Respira profundamente, relájate y responde las siguientes preguntas sin pensar mucho en tus respuestas:
¿Qué es lo que más disfrutas de la vida?
¿Si mañana no estuvieras aquí, qué te gustaría que dijera tu epitafio?
¿Cuál es el legado que dejarás a tus seres queridos?
¿Cuánto dinero, bienes y propiedades te llevarás contigo?
¿Qué tanto amaste a quienes te rodean?
¿Pasaste el suficiente tiempo con las personas importantes para ti?
Si pudieras regresar de nuevo a tu vida, ¿qué harías diferente?
¿Qué dirá el monumento que hagan en tu honor?
¿Qué se extrañará de ti?
Con base en tus respuestas, ¿qué vas a comenzar a hacer a partir de este momento?
La vida sucede muchas veces y la muerte solo una. Nuestra oportunidad de ser y de hacer se repite mientras tengamos vida y vale mucho la pena darnos la pausa para reflexionar sobre lo que más amamos en este plano terrenal. Si bien es cierto que nuestras ocupaciones muchas veces nos absorben y que nuestra agenda es cada vez más apretada y encima de todo la pandemia continua; es muy valioso darnos el tiempo para compartir con quienes amamos.
Son frases que escuchamos constantemente y que nos pueden hacer eco un instante pero que después se nos olvidan y que contrariamente a eso, deberíamos de tener presente en cada momento de nuestra existencia.
Concentrarnos en amar a nuestra pareja, en jugar con nuestros hijos, en trabajar con entrega y en disfrutar lo que hacemos en el instante presente son grandes formas de poder disfrutar de nuestra vida. Al comernos un helado saborearlo sin prisa, contemplar el atardecer o simplemente sentir el agua mientras nos bañamos.
El balance entre trabajo y vida es fundamental en todo ser humano. Encontremos la forma de poder dejar huella no solo por lo que conseguimos en patrimonio, sino más bien en lo que disfrutamos y lo que hicimos disfrutar a los demás
Mi invitación es a que ames a todos aquellos que son importantes para ti y se los hagas saber en vida.
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