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  • Foto del escritorArturo López

¿Se puede desarrollar la paciencia?

El ritmo actual de vida nos lleva a una velocidad muy rápida, la información está al alcance de las personas de una forma muy ágil y las empresas buscan atender a los clientes en la menor cantidad de tiempo posible. Vamos al supermercado y al hacer fila para pagar nuestros artículos vemos que hay mucha gente formada y en automático nos llega esa sensación de impaciencia. Nos hemos acostumbrado a no esperar, a querer todo al instante y a impacientarnos de forma rápida.



¿Pero qué es en realidad la paciencia? La Real Academia Española la define como la facultad de saber esperar cuando algo se desea mucho y como la capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse.

Pareciera que al escuchar los términos “padecer” o “soportar” pudiéramos pensar en eventos trágicos y demasiado retadores, sin embargo; el reto de comportarse con paciencia puede estar en las cosas más cotidianas como pueden ser: esperar en una fila para hacer un trámite, toparnos con alguien que tiene menos pericia para conducir su vehículo, atender a nuestro familiar de la tercera edad, lidiar con el berrinche de nuestro hijo, aceptar un comportamiento que no nos agrada mucho por parte de nuestra pareja o escuchar a un compañero de trabajo que habla con mucho detenimiento.

En las prácticas acerca de la importancia de vivir y disfrutar nuestro presente, se afirma que la paciencia es una de las señales del verdadero amor y es que con las personas que nos rodean, nos vemos más propensos a vivir situaciones que nos exijan la paciencia y es justamente allí donde podemos practicarla más para poder desarrollarla con plenitud.



¿Cómo lograr eso?, la recomendación es aplicar los siguientes pasos que nos permiten desarrollar la paciencia en situaciones de la vida diaria:

  • Identifica que se trata de una situación que requiere de tu paciencia.

  • Observa lo que pasa en tu cuerpo cuando te ves ante una situación que demanda tu paciencia.

  • Estírate, respira profundamente o bebe agua.

  • Lleva un registro diario de las situaciones que en el día te demandaron paciencia, anota también la fecha, la hora y las personas involucradas.

  • Analiza la bitácora, identifica y trabaja en las razones por las que esas situaciones o personas requieren tu paciencia.

La invitación es que la próxima vez que te encuentres en una situación que requiera esperar con paciencia, incluso contigo mismo; ten presente que es el momento donde se puede ejercitar y que con cada vez que lo vayas logrando, tu paciencia se irá incrementando.


¡Mucho éxito!

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